Colegio de Asís Particular
Celebraciones y Conmemoraciones
"Recuerda que cuando abandones esta tierra, no podrás llevarte contigo nada de lo que has recibido, sólo lo que has dado."
Celebración a Nuestro Patrono Francisco, cada 04 de octubre realizamos nuestra tradicional "Bendición de Mascotas" El Lobo de Gubbio A su regreso a Italia, El Santo reanudó su vida misionera. En Gubbio, encontró a los habitantes aterrados por un feroz lobo hambriento que no sólo mataba al ganado, sino que tacaba también a la gente. Sólo y sin armas, Francisco salió al encuentro de la bestia… ¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie. ¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco. En adelante el lobo fue tan manso como un cordero. El lobo siguió viviendo en Gubbio; entraba mansamente en las casas de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba cortésmente. Al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la santidad de San Francisco. Mes de María En nuestro colegio durante este mes celebramos haciendo oración comunitaria, dando gracias y pidiendo que a través de la intercesión de la Santísima Virgen, nuestras peticiones sean escuchadas por nuestro Padre Dios. Los cursos más grandes preparan la oración mariana para compartirla con toda la jornada. En 1854, comienzan las primeras actividades en honor a la Virgen, el Mes de María, entre el 8 de noviembre al 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada. Se reza originalmente en el mes de Mayo, en el llamado “Mes de las flores”, que se llama así, porque con la llegada del buen tiempo y tras las lluvias invernales, el campo y los jardines comienzan a cubrirse de un verde intenso y de los colores y aromas de las flores. Es el apogeo de la primavera. Desde la edad media se consagró el "mes de las flores" a la Virgen María para rendir culto a las virtudes y bellezas de la Madre de Dios. La Orden franciscana siempre ha tenido unos lazos muy especiales con la Bienaventurada Virgen María, hasta el punto de ser contada entre las órdenes Marianas surgidas en la Edad Media. Origen de estos lazos profundos es la experiencia espiritual de Francisco, el cual "rodeaba de amor indecible a la Madre de Jesús, por haber hecho hermano nuestro al Señor de la majestad. La constituyó abogada de la Orden y puso bajo sus alas a los hijos, para que encontrasen en ella calor y protección, hasta el final”. Para Francisco, María Santísima no es solamente una obra maestra de la gracia para contemplar, sino, sobre todo, un modelo de fe y un estilo de vida para imitar; aunque para sus seguidores, los Franciscanos de todos los tiempos, Jesús y María se convierten en la imagen de la humanidad nueva a la que los hombres tienen que conformarse para realizar su propia existencia según el proyecto de Dios, es decir, la voluntad de extender su amor a todas las criaturas. La reflexión sobre la Encarnación del Verbo conduce, pues, al Santo de Asís y a los teólogos hijos suyos a reconocer el lugar singular de María en la Historia de la Salvación. Ella es la "bendita entre las mujeres", a la que ha venido a habitar aquel que ni los cielos pueden contener". Domingo de Ramos En Domingo de Ramos , el mundo cristiano conmemora la entrada apoteósica de Jesús de Nazaret en Jerusalén, aclamado por una multitud exultante, días antes de su pasión, muerte y resurrección. Dicho domingo es el pórtico espiritual de la Semana Santa. Bendición de Ramos La liturgia del Domingo de Ramos comienza con la bendición de las palmas y ramas de olivo. Celebración Pentecostés Todos los años recibimos al espíritu santo que se nos manifiesta y regala sus dones: Los "DONES " se refieren a aquellos "regalos" que nos da el Espíritu Santo se representan con una llama de fuego y son: 1. Sabiduría: Nos hace comprender la maravilla insondable de Dios, es ver sabiamente las cosas, no sólo con la inteligencia sino también con el corazón, tratando de ver las cosas como Dios la ve y comunicándolas de tal manera que los demás perciban que Dios actúa en nosotros: en lo que pensamos, decimos y hacemos. 2. Inteligencia o Entendimiento: Este Don nos permite conocer y comprender las cosas de Dios, El Don de la Inteligencia nos descubre con mayor claridad las riquezas de la fe; es una luz especial que puede llegar a todas las personas y muchas veces tiene sus frutos en los niños y en la gente más sencilla. 3.. Consejo: Nos ayuda a discernir y decidir a la luz de la voluntad de Dios. El Don de Consejo nos ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y difíciles de la vida, al mismo tiempo que nos da la capacidad de aconsejar, inspirados en el Espíritu Santo, a quienes nos piden ayuda, a quienes necesitan palabras de aliento y vida. 4. Fortaleza: Este Don concede al fiel ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural que nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las dificultades que sin duda encontraremos en nuestro caminar hacia Dios. El ejemplo de Jesucristo, su pasión y su muerte, debe ser para nosotros un auténtico testimonio de fortaleza que nos ha de llevar a superar nuestra debilidad humana. 5. Ciencia: Es el Don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento, a descubrir la presencia de Dios en el mundo, en la vida, en la naturaleza, en el día, en la noche, en el mar, en la montaña. El Don de Ciencia nos lleva a juzgar con rectitud las cosas creadas y a mantener nuestro corazón en Dios y en lo creado, en la medida en que nos lleve a Él. Esta ciencia nos enseña “a juzgar rectamente las cosas creadas”. El “hermano sol y la hermana luna” se las inventó el corazón de San Francisco de Asís con esta ciencia, que merece la vida entera por conocerla y gustarla. 6. Piedad: El corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el Don de la Piedad, que el Espíritu Santo derrama en nuestras almas, permitiéndonos acercarnos confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir nuestro corazón de hijo a un Padre Bueno del cual sabemos que nos quiere y nos perdona. 7. Temor de Dios: Nos induce a evitar el pecado porque ofende a Dios. Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos temor de ir por otros caminos. En este sentido existe temor de fallarle y causarle pena al Señor, no se trata de ninguna manera, de tenerle miedo a Dios, sino más bien de sentirse amado por Él y corresponderle. Con este Don tenemos la fuerza para vencer los miedos y aferrarnos al gran amor que Dios nos tiene. Semana Santa Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos: En este día se celebra la entrada de Cristo a Jerusalén, montado en un burro pequeño y aclamado por el pueblo como rey con ramos y gritos. Esto ocurre pocos días antes de su arresto, juicio, condena y crucifixión. Jueves Santo La Última Cena El jueves tras su llegada a Jerusalén, Jesús y sus apóstoles celebraban la Pascua. Entonces, Jesús bendijo el pan, lo partió y se los dio, diciendo:”Tomen este pan y cómanlo, porque es mi cuerpo". Luego bendijo el vino y, extendiéndoles la copa a sus discípulos, les dijo:"Beban de este vino, porque es mi sangre"… La Pasión de Cristo se recuerda por medio de lo que se conoce como el Vía Crucis. Este fue creado en el siglo XII por Francisco de Asís. La Crucifixión Al llegar al Gólgota, los soldados hicieron que Jesús y Simón dejaran la cruz en el suelo; luego le dijeron a Simón que se fuera. Jesús estaba muy débil, la sangre manaba de las heridas de su espalda y de su frente lacerada por la corona de espinas. Uno de los soldados le ofreció una copa de vino con mirra, para aliviar el dolor de Jesús, pero Él la rechazó. Entonces, lo acostaron sobre la cruz y clavaron sus muñecas y manos en ella. Colocaron sobre su cabeza una inscripción en hebreo, latín y griego, que decía "Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos". Tras esto, pusieron la cruz en su lugar. Los soldados se repartieron a suerte la ropa de Jesús y se sentaron a montar guardia. Para el mundo católico el Sábado Santo es un tiempo de espera de la resurrección, es un día de calma, no se realizan misas, no se recibe comunión y el altar de la Iglesia permanece vacío. Resurrección Al amanecer del día posterior al sábado, María Magdalena, Salomé, Juana y la otra María, la madre de Santiago, fueron al sepulcro. Querían terminar de ungir el cuerpo de Jesús, cosa que no habían podido hacer cuando Él murió por la proximidad del sábado. Clareaba el sol en el horizonte cuando las mujeres llegaron al sepulcro. Entonces, un gran terremoto estremeció la Tierra y un ángel del Señor bajó del cielo. Brillaba como un relámpago y sus ropas eran más blancas que la nieve. Acercándose, removió la roca de la entrada de la tumba y se sentó sobre ella. Al ver esto, los guardias se aterraron tanto que cayeron como muertos. El ángel tranquilizó a las mujeres y les dijo: "No teman. Sé que buscan a Jesús, el crucificado. Él ya no está aquí: ha resucitado, como Él lo había anunciado. Vayan y díganselo a sus discípulos. Díganles que Él los encontrará en Galilea". :"No me toques, porque aún no he ido con mi Padre. Ve y dile a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y a su Padre, a mi Dios y a su Dios’".

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